Candidiasis intestinal y alimentación
Sabemos, por el anterior post, que la candidiasis intestinal es una condición ligada a la presencia de un exceso hongos microscópicos, en particular Cándida albicans. Hoy quiero contarte cómo puedes acompañar el tratamiento con una buena base de alimentación, con el fin de erradicar el sobrecrecimiento de la cándida y para prevenir que reaparezca, porque su eliminación siempre vendrá desde dentro hacia fuera.
Candidiasis intestinal y alimentación, ¿van de la mano?
La experiencia práctica me ha mostrado resultados muy positivos llevando una dieta en dos fases:
FASE 1.
La primera fase es más estricta porque el propósito es ‘matar de hambre a la C. albicans’ eliminando la mayor cantidad de:
- Azúcares y edulcorantes: azúcar, jarabe de maíz, agave, aspartamo, caña de azúcar, miel, melazas …
- Harinas refinadas y cereales refinados: Mejor cereales de grano entero y sin gluten.
- Alimentos ricos en almidón resistente: La amilosa es un gran reservorio de glucosa en su estructura molecular y la encontramos en los tubérculos (patata, boniato, nabos, tapioca, yuca …), cereales (arroz, avena y maíz …), plátano y todas las legumbres. Todos estos alimentos también alimentan a la cándida.
- Levaduras del pan o la bollería: Aquí hay que ser muy drásticos.
- Carne procesada o curados: Llevan azúcares añadidos.
- Frutas especialmente el plátano por su contenido en almidón y a excepción de algunas frutas como los arándanos azules y los arándanos rojos americanos por las proantocianidinas de estas frutas del bosque que tienen efectos anti-biofilm y previenen la adherencia y sobrecrecimiento de la C. albicans.
- Hongos: Setas y champiñones.
- Lácteos: Básicamente por su contenido en lactosa (azúcar) y de proteína beta-lactoglobulina. Esta proteína daña el intestino, provoca un aumento de la permeabilidad intestinal.
- Alcohol, café, té, bebidas energéticas y medicamentos (o suplementos naturales) que contengan etanol.
Principalmente vamos a recurrir a:
- Proteínas y grasas de origen vegetal.
- Productos vegetales: Germinados, verduras de hoja verde (sobre todo las amargas) y algas.
- Polifenoles: lino, chía, sésamo y soja fermentada… contienen aglicona con efectos antiinflamatorios y inmunoreguladores.
- Antifúngicos en forma de suplementos naturales y alimentos, como ajo, extracto de semillas de pomelo, jengibre, tomillo, clavo, orégano, cebolla, canela, menta o cilantro.
- Clorofila. Es sin duda la «estrella» de las sustancias para ayudar al cuerpo a deshacerse de este exceso de hongos.
- Beber al menos 1,5 litros de agua de calidad.
- Moderar el estrés.
FASE 2.
La segunda fase iremos reintroduciendo:
– Un poco de almidón, legumbres, frutas, a razón de una ración por día el primer mes, luego dos raciones el segundo mes. Depende de cada caso.
– Alimentos fermentados que mejoran la diversidad bacteriana como el Kimchi o el Chucrut.
- Lácteos fermentados provenientes de la cabra (el kéfir, el queso y el yogur)
Y seguiremos evitando los azúcares invertidos y cereales refinados en la medida de lo posible.
A tener en cuenta…
Como veis, la Candida albicans forma parte de la flora intestinal de forma natural y la alimentación juega un papel importante. Evitar los alimentos que aumentan la glucosa en sangre y al mismo tiempo controlar su exceso de crecimiento por bacterias como los acidophilus y bífidus, nos ayuda.
Pero, dado que la fase uno de la dieta es particularmente estricta y desequilibrada, algunas personas no deberían seguirla. De hecho, no es recomendable para personas que tienen debilidad en riñones, diabetes o demasiada ferritina.
Po eso es importante la bioindividualidad y complementar con probióticos y suplementación. Al finalizar la dieta será variada y equilibrada, que es de lo que se trata.
¡Pero tranquila! Tú no tienes por qué enfrentarte a este tipo de situaciones sola; desde hace más de 10 años acompaño, como dietista en Vigo, a personas a cambiar de hábitos y tú también puedes mejorar tu salud intestinal y, por tanto, tu salud global. ¿Te acompaño?