La alimentación macrobiótica y alimentación natural y energética aparentemente son iguales. Las dos persiguen una vida saludable, consciente al alimentarnos y a la propia experiencia del efecto y la reacción que genera cada alimento.

Sabemos que una alimentación vegetal es saludable. Sin embargo, personalmente voy más allá de alimentarme según el enfoque occidental de la nutrición que se centra en equilibrar al plato con carbohidratos, proteínas y grasas y me extiendo hacia la medicina china donde salud es sinónimo de equilibrio entre una alimentación adecuada, la tolerancia y la serenidad espiritual.

 

No se trata de algo esotérico.

Desde una perspectiva más práctica, según el resumen que realizó el Ministerio de Sanidad sobre el estado de las terapias alternativas en el 2011, la dieta macrobiótica se definió como “una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang en donde la búsqueda del equilibrio físico y emocional a través de la nutrición es preferente”.

 

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En macrobiótica y alimentación natural y energética existen diferencias fundamentales.

 

Desde el conocimiento, uno puede quitarse el miedo y elegir libremente cualquier tipo de alimento en macrobiótica y alimentación natural y energética.

  • En macrobiótica se utilizan más alimentos de Japón como: el daikon, lotus o preparaciones como el mochi, en cambio la energética utiliza sólo algunos condimentos para mejorar la flora intestinal y se centra más en la alimentación local.
  • La alimentación energética disminuye el porcentaje de cereal, se aumenta la proteína de origen vegetal y la verdura de hoja verde en cocción ligera.
  • La alimentación macrobiótica, sobre todo en los primeros niveles de jerarquización, se permite el consumo de pescado blanco hasta 2 veces como máximo y muy ocasional la carne blanca (pollo o pavo ecológico). En cambio, en la energética se utiliza el pescado de mar únicamente durante la transición.
  • A la hora de beber durante las comidas, en macrobiótica se evita beber durante las mismas para facilitar las digestiones. Fuera de ellas se recomienda beber a sorbos y ensalivando.
  • El sabor que enfatiza la macrobiótica es el sabor salado y en la energética el dulzor a través de las verduras de raíz.
  • En cuanto a las cantidades, a la hora de comer en macrobiótica se tiende a ser sobrio. En cambio, la alimentación energética se centra más en la satisfacción.

 

La alimentación macrobiótica y alimentación natural y energética tienen aspectos positivos y por supuesto que cada persona es un universo. Personalmente considero que no hay una «dieta universal» Cada uno debería actuar libremente y escoger libremente, desde la información y experimenta de los efectos y reacciones de cada alimento. Ahí te dejo con tus reflexiones.